Cómo establecer, desarrollar y optimizar relaciones con la prensa
En el camino hacia un cargo ejecutivo —sea municipal, provincial o nacional— la relación con la prensa deja de ser un recurso accesorio y se convierte en un eje central de la estrategia política. Los medios de comunicación son el puente entre la propuesta del candidato y la percepción ciudadana. Gestionarlos bien puede significar credibilidad y confianza; gestionarlos mal, invisibilidad o incluso desgaste.
1. Establecer relaciones con la prensa: los primeros pasos
El primer desafío de un líder político en campaña ejecutiva es abrir canales de comunicación claros y accesibles: – Mapa de medios: identificar qué medios son relevantes en cada nivel (locales, provinciales, nacionales, digitales). – Puentes iniciales: acercarse a periodistas y editores de manera proactiva, antes de necesitar cobertura urgente. – Accesibilidad: ofrecer disponibilidad razonable para entrevistas y conferencias, mostrando apertura al escrutinio público.
2. Desarrollar relaciones: más allá del contacto ocasional Una relación sana con la prensa no se limita a enviar gacetillas. Requiere construcción de confianza a largo plazo: – Consistencia en los mensajes: transmitir ideas claras y coherentes en todos los formatos. – Respeto por el trabajo periodístico: responder a tiempo, brindar datos verificables y evitar enfrentamientos innecesarios. – Visibilidad estratégica: generar noticias más allá de la coyuntura (proyectos, recorridas, propuestas concretas). – Confianza personal: encuentros informales, reuniones off the record y disponibilidad de voceros creíbles.
3. Optimizar la relación: convertirla en un activo estratégico El salto de una relación funcional a una relación estratégica implica planificación y profesionalismo: – Equipo de comunicación entrenado: portavoces capacitados para responder en medios tradicionales y digitales. – Gestión de crisis: protocolos claros ante errores, rumores o ataques, priorizando la transparencia. – Diversificación de plataformas: complementar la prensa tradicional con medios digitales y comunitarios. – Evaluación permanente: medir impacto de notas, entrevistas y menciones para ajustar el rumbo de la campaña.
4. Errores comunes a evitar – Creer que la prensa es un adversario en lugar de un aliado necesario. – Subestimar a medios locales o comunitarios frente a los nacionales. – Usar lenguaje excesivamente técnico o distante. – Reaccionar tarde en situaciones de crisis comunicacional.
Conclusión Un aspirante a un cargo ejecutivo no solo debe gobernar bien en caso de ganar, sino también comunicar bien durante la campaña. La prensa es un actor clave en este proceso: ayuda a amplificar el mensaje, legitimar la propuesta y construir confianza ciudadana.
La política moderna ya no se juega solo en los pasillos del poder, sino en los titulares, en las entrevistas y en las pantallas. Por eso, la relación con la prensa debe pensarse como una estrategia sostenida, inteligente y ética, capaz de transformar un mensaje político en una narrativa que la ciudadanía escuche, recuerde y respalde.